jueves, 24 de junio de 2010

Micheletti dice no arrepentirse de su actuación en golpe en Honduras

Jueves 24 Junio, 08:30 AM



SAN SALVADOR.- Cuando está a punto de cumplirse el primer año del golpe de Estado que depuso al presidente Manuel Zelaya en Honduras, el ex gobernante de facto Roberto Micheletti aseguró en San Salvador que no se arrepiente de su actuación.

Micheletti llegó a El Salvador el martes para una visita de dos días, invitado por grupos de la derecha más conservadora, y habló sobre "la sucesión constitucional" en su país y deploró el aislamiento internacional contra Honduras.

"Yo no me voy arrepentir de nada de lo que pasó en mi país, de lo único que me arrepiento es de la incomprensión que nunca esperé de parte de los demás países del mundo", dijo Micheletti a la privada Telecorporación Salvadoreña.

El 28 de junio de 2009, para impedir una consulta en las urnas impulsada por el Ejecutivo sin contar con el aval de otros organismos del Estado sobre la conveniencia de modificar la Constitución, oficiales del Ejército hondureño detuvieron a Zelaya en su domicilio y lo expulsaron a Costa Rica.

Micheletti alegó que esa decisión fue para "defender la democracia mediante una sucesión constitucional. Estoy totalmente seguro que no fue un golpe de Estado".

Señaló que el Ejército respetó la Constitución y que con la expulsión del presidente evitaron "un inminente contragolpe" para que Zelaya se quedara en el poder.

Micheletti dijo que él no decidió la expulsión del país de Zelaya, pero la apoyó "totalmente" para evitar un "derramamiento de sangre" en Honduras.

Recordó que antes de asumir el gobierno de facto había colaborado con la campaña electoral de Zelaya y que nunca esperó que "cambiara tan de repente" de orientación política, yendo de la derecha a la izquierda.

Del giro ideológico dado por Zelaya, Micheletti culpó a la ex canciller Patricia Rodas, quien según él lo "indujo" a "enamorarse del poder político de izquierda".

Admitió que uno de los momentos díficiles fue cuando en septiembre, en forma subrepticia, Zelaya ingresó a la embajada de Brasil en Tegucigalpa en busca de refugio.

"Yo estoy seguro que él (Zelaya) salió de aquí de El Salvador hacia Honduras, más que seguro; sin embargo, no puedo acusar al gobierno (salvadoreño) ni a nadie" por esos hechos ante la falta de pruebas, recordó.

Micheletti recordó que los hondureños sintieron "mucha tristeza" cuando Zelaya respaldó al presidente venezolano Hugo Chávez luego de que éste afirmara que los hondureños que no apoyaran el ingreso de Tegucigalpa a la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) era "un vendepatria o un ignorante".

Micheletti confesó que desde ese momento se comenzó a revisar la Constitución para analizar si no había sido vulnerada por la situación política planteada, ya sea por el llamado a consulta popular de Zelaya o por los dichos de Chávez.

"Empezamos a revisar cada uno de los artículos de la Constitución para hacer sentir que nosotros los hondureños tenemos una Carta Magna que respetar", aseguró Micheletti.

El ex gobernante hondureño de facto concluyó que Chávez "a Honduras la tenía ya practicamente en la bolsa. Estaba listo y servido él con este país" para llevarlo al llamado socialismo del siglo XXI, y que era obligación de los hondureños el impedirlo.

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