Lunes 12 Abril, 05:55 PM
Santo Domingo. Más de 3000 pastores y líderes se reunieron este fin de Semana en la VI cumbre de pastores y lideres con la visión puesta en la transformación espiritual, social, material, moral e institucional de la Republica Dominicana, convocados por el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica CODUE; destacaron que dada la actual crisis moral, social, política, económica e institucional que vive el país, abordaron como tema central “valores por dentro y acciones por fuera”, desde esta plataforma las iglesias evangélicas les presentamos al país una iniciativa contra la violencia, la corrupción, la impunidad, la desigualdad y la pobreza, que permita rescatar la Familia, la Sociedad y el Estado, mediante una cultura de convivencia, equidad social y alcanzar el desarrollo humano integral.
Como invitados especiales participaron desde las Bahamas los Doctores Myles Munroe, desde los Estados Unidos, Bob Harrison y Mike Rovner, junto a los principales líderes de la comunidad evangélica Nacional.
El Rev. Reynaldo Franco Aquino manifestó que la nación dominicana padece una grave crisis espiritual, ética y moral, que afecta su mejor Gobernabilidad por los altos índices de violencia, corrupción, impunidad y pobreza. Esta crisis, se traduce en el contexto actual de la política sin principios, la riqueza sin trabajo, el comercio sin moralidad, el conocimiento sin carácter, la ciencia sin humanidad, el placer sin conciencia y la Fe sin sacrificios. La crisis como resultado de una Nación gobernada por quienes ven la realidad únicamente física sin Dios o sin la trascendencia de Dios. Es decir, por la visión cuantitativa del Hacer y del Tener, sobre la dignidad del Ser. Entonces, nuestra propuesta, es Transformar nuestra Nación con fundamento en el mandato cultural contenido en la cosmovisión Bíblica, en sujeción a la Visión de Reino de nuestro Señor Jesucristo.
Franco Aquino presidente de la entidad manifestó que República dominicana es un país caracterizado por la desigualdad social y la pobreza, unos pocos tienen muchas oportunidades, mientras hay mínimas opciones para las grandes mayorías. Esa fragmentación, ese estado de deterioro e inequidad es apreciable en los informes y evaluaciones periódicas que nos llegan desde diferentes organismos internacionales en los que aparecemos en los últimos lugares en casi todos los renglones que tienen que ver con el desarrollo humano.
En salud, educación, distribución del ingreso, fortaleza institucional, energía y cuidado ambiental aparecemos en los últimos lugares en casi todas las evaluaciones continentales.
Apunto que es un hecho constatadle que, paralelamente a una gran transformación de las sociedades actuales, se está produciendo también la deshumanización de las mismas, una de las principales causas de los grandes problemas de la humanidad. Esto lleva aparejados una gran miseria moral y un vacío de valores éticos, que, además de ser fuente de fanatismos e ignorancias, son causa también de la miseria física, la intolerancia y el declive social, cultural y, finalmente, económicos.
Llamo a los dominicanos a que acojamos el bien común como la meta más elevada, una meta que no anule al individuo, sino que lo potencialize, pero que no permita que ese bien común sea vulnerado por los intereses individuales de unos pocos. No habrá paz ni justicia social sin una ética individual, especialmente arraigada en el comportamiento personal de los responsables sociales, políticos, económicos, etc.
Clamo a los dirigentes políticos y demás estamentos sociales para que abracen cada día mas valores éticos sólidos, que fortalezcan sus fines de servicio a la nación. Todas las estructuras sociales (medios de comunicación, organizaciones empresariales, instituciones públicas y privadas, organizaciones políticas, religiosas, educativas, etc.)deben estar constituidas por personas que, más allá de los códigos corporativos, vivan una ética individual como la más firme garantía de justicia social.
Los 3000 pastores emitieron el manifiesto de Santo Domingo 2010 donde propugnaron por una educación y una cultura humanísticas que refuercen y confirmen los valores humanos y las características que hagan crecer lo mejor del género humano, que nos permitan saber todo aquello que favorece el sano desenvolvimiento de las facultades del hombre, desde lo físico hasta lo espiritual, emocional y lo mental. Pensamos que la educación debe servir al desarrollo del individuo y no a los intereses económicos predominantes.
El desarrollo de los valores ha de promoverse de forma conjunta y complementaria, pues es desde la armonía e integración de diferentes valores como se puede garantizar una ética sin extremismos deformantes que pierdan de vista la globalidad del ser humano.
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