SANTO DOMINGO. Su nombre real es Adalberto Javier Ramones Martínez (Monterrey, 3 de diciembre de 1961), pero todos lo conocen como Adal Ramones, quien regresa a la República Dominicana para presentar "Adal Ramones monólogos tour 2010", los días 20 de mayo en el teatro La Fiesta del Jaragua (boletas a RD$2,200 VIP; RD$1,800 platea; RD$1,500 general y RD$1,200 balcón) y en el Gran Teatro del Cibao, en Santiago, el día 22 (RD$1,900 VIP; RD$1,700 platea; y RD$1,200 balcón).El comediante conversó desde México con DL, vía telefónica.
P. Cuáles son sus antecedentes penales familiares en el humor?
R. No tenía humoristas en la familia, pero mis padres eran la sal y la pimienta de las fiestas familiares y de sus amigos; hacían imitaciones, bailaban chachachá, mambo. A mí se me caía la baba. Pero mi padre era un contador público. Y el día que mi padre muere, -yo tenía 28 años y ya hacía comerciales y mucho teatro- mis cuatro tíos me dijeron que mi padre disfrutaba mucho viéndome a mí haciendo teatro, comedias. 'Siempre amó lo que tú hacías, tu papá se proyectaba en ti', me dijeron. Creo que fue un comediante frustrado.
Desde chico tomé cursos de todo, teatro, expresión corporal, pintura, danza y yo le decía, no te preocupes que algún día me va a servir. Ellos iban a ver todas mis presentaciones en la escuela. No había padres que respaldaran más a su hijo que los míos. Tengo que agradecer a mis maestros y al papá que tuve y a la mamá que tengo.
Estudié Comunicaciones, pero en mi niñez quise ser aventurero, oceanógrafo como Jacques Cousteau, hasta le escribí una carta diciéndole que quería ir con él en el Calypso, y nunca me contestaron. Me entró miedo cuando supe la muerte de su hijo Phillipe; ahí desistí.
P. Tras 12 años haciendo Otro rollo, lo dejó el 8 de mayo del 2007. ¿Hastiado?, ¿enfadado? ¿Cuál fue el rollo?
R. Amaba el programa y no hubiéramos parado. Teníamos un equipo humano y de creativos excelente. Era muy halagador poder viajar, entrevistar estrellas. Y se convirtió en una bendición que me alejaba de la familia y de la salud; estaba mal comido, mal dormido, gran estrés; tenía todos los ingredientes para que me diera un infarto o algo así. Pudimos entrar en conciencia de lo que estaba haciendo, era un adicto al trabajo. Y te digo con la mano en el corazón: en estos tres años no he extrañado en absoluto el programa.
Me he dedicado a hacer las giras, a hacer cine, y a atender a mi familia y mi hija. Ya habrá momento para retomarlo. Viene próximamente un nuevo programa en el Canal de las Estrellas, y luego retomaremos Otro rollo.
Todo el mundo me auguraba que me iba a quedar calvo, halándome los cabellos, por no seguir haciendo Otro rollo. Y fíjate que por el contrario, me tocaron hacer muchas cosas creativas fuera de la tele y sobre todo he reconquistado la estabilidad de la familia y de la salud.
P. La pantomima y el humor juegan un papel preponderante en su arte. ¿Quiénes han sido sus paradigmas?
R. Hay que mencionar a Tintán, a Cantinflas, a Chespirito; y si hablamos del extranjero hay que mencionar a Johnny Carson, a actores como Jerry Lewis, Eddie Murphy, entre otros. Pero mi influencia más grande viene de la televisión, donde cada día me reía con Los locos Adams, Los Munsters, Mi marciano favorito, junto a muchos otros, fueron programas que me marcaron.
Siempre me gustó mucho la comedia, el teatro, pero también me llamó mucho la atención el stand up comedy. Y me decía 'en eso voy a poner mi sello'. Porque la única persona que se paraba en el escenario y hablaba por aquel entonces, en México, era El loco Valdés. Él no tenía un monólogo estructurado, pero era un genio a la hora que se ponía a decir frente a las cámaras. Y me dije, el día que yo haga un monólogo en un programa cada semana, ése va a ser el aporte que haga la diferencia entre nuestro programa y los demás.
P. Por sus palabras parece que lo que más ha gozado es la televisión, pero ahora lo que más goza es el teatro. ¿Qué propuesta trae para el reencuentro con el público dominicano?
R. Es un momento mágico cuando tú estás solo en el escenario, frente al público. Ellos están esperando que un solo hombre los entretenga. Y eso es un gran reto. La responsabilidad es totalmente tuya. Y más si hay un público de diferentes generaciones y estratos sociales diferentes.
La gente que ya fue a los dos shows pasados, quiere recordar momentos del monólogo pasado; así que algunos momentos hay que insertarlos. Los monólogos los escribimos Gerard Jalife y yo, aunque gran parte de lo que presento yo, lo improviso en vivo. De tres horas que hice recientemente en un monólogo en Houston, las primeras dos horas las inventé arriba, en el escenario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario